16 enero 2007

Otra de bares

Estaba claro que tres artículos no serían suficientes para pasearos por mis bares predilectos de la ciudad; a decir verdad, tampoco creo que lo sean cuatro, ni los que después de este vayan llegando, ya que si el sevillano es novelero por naturaleza, en mi persona eso de dar boato a todo lo recientemente disfrutado se convierte en norma de inexcusable cumplimiento
Comencemos esta cuarta entrega en el mejor sitio posible, una tasca de las clásicas, tan céntrica como desconocida. La Goleta (no confundir con la de Álvaro Peregil) se sitúa en la parte estrecha de la calle Santa María de Gracia y es uno de esos despachos de vinos cuya visita esporádica es forzosa. Dicen los que les gusta el mosto (no es mi caso) que en ella está excelente.
Nada lejos queda Blanco Cerrillo, por su olor lo reconoceréis, buen lugar de desayunos, magnífica cerveza, famoso y exquisito adobo..., pero no por todo ello dejen de probar su ensaladilla, una auténtica desconocida, ¿verdad primo?
En el entorno de la Plaza Nueva tenemos otros tres lugares que me vienen cautivando. El primero de ellos la Taberna El 10, un bar de tapas que me recomendaron hace tiempo, pero que no visité por vez primera hasta hace un par de meses. Prueben su carrillada y pese a que suele estar lleno, harán todo lo posible por hacerse un hueco en su barra cada vez que pasen por la calle Albareda.
Muy cerquita, en Mateo Alemán, queda una abacería muy coqueta donde, con permiso del de mi madre, puede tomarse un salmorejo difícilmente superable. Tampoco está nada mal el que sirven en Casa Cuesta, establecimiento hermano del trianero, que han abierto en la calle Zaragoza, donde hasta hace poco estaba Casablanca. Son muy curiosas en este bar las numerosas fotografías de toros que ocupan sus paredes.
Otro lugar del que se viene hablando mucho es la Bodega Torre de la Plata, en la calle Santander. Recientemente recuperada, cuenta con un amplio salón y un agradable patio en los que se pueden degustar unas exquisitas y originales tapas acompañadas de una buena botella de vino. Es económico, personal y muy recomendable.
Por último, y regresando muy cerca de donde comenzamos nuestro periplo, invito a los más exquisitos a que se pasen un mediodía de invierno por La Reja. La comida es de calidad, pero además la visita constituye una oportunidad única para disfrutar del aperitivo en una simpática barra baja y rodeado de paredes de madera, decoradas con pequeños cuadros, espejos y lamparillas que dan a este veterano bar restaurante un atisbo de ese aire romántico de las bellas cafeterías del centro de Madrid, hoy prácticamente perdido en nuestra ciudad tras el fuego de Ochoa hace unos años.
Les toca comentar y seguir ampliando la lista.

20 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena la ensaladilla de Blanco Cerrillo, pero la verdad es que como el adobo de allí no hay nada. Y el tema de los bocatas también hay que tenerlo en cuenta ... Lo mejor (y más rancio) de La Reja es el uniforme de los camareros.

Habrá que seguir probando bares para que puedas ampliar esta saga ;-).

Un abrazo.

Enrique Henares dijo...

Jejeje!! Un auténtico clásico esa anécdota, lo que desconocía era la identidad de aquel nazareno de negro.
Otro día hablaremos de buenos puestos de calentitos, que no de churros...

Reyes dijo...

Rinconcillo for ever, pero para no repetirme, sugiero otro blanco cerrillo, el de Pio XII, váya tapas!!!, o casa julián, vaya tomates aliñaos!!!o por supuesto, el Yebra antes en la cruz roja ahora en Luis Montoto.
Las taleguillas y las albóndigas de chocos las debería de mandar el médico.
Continuará...

Anónimo dijo...

Coincido plenamente en la aportación de "dama de sevillano nombre" sobre el Yebra. Cuantos domingos no habré echado yo yendo primera a misa a San Julián y después al Yebra a degustar cualquiera de las tapas nuevas que, semana tras semana, incorporaban a la carta. Inolvidable para el resto de mi vida será aquella llamada "Matrimonio con testigo" (Pan tostado con salmorejo sobre el que reposaban boquerones en vinagre y anchoas exquisitas y, al lado ejerciendo de testigo, un langostino envuelto en bacon doradito).

El de La Torre de la Plata fue un descubrimiento del que, en nuestro grupo de amigos, estimado pregonero, asumo plenamente la titularidad. De hecho, mi queridísimo concuñado enmascarado fue allí por indicación mia.

De la zona que ha hablado Vuesa Merced supongo que no habrá obviado -no se si en estos cuatro textos gastronómicos- el recoleto bar que hay en la calle Gamazo, justo antes de llegar a la Bodeguita Romero y después de pasar la Cervecería Internacional. No recuerdo el nombre porque las tapas que hay allí nublaron mi mente, pero puede que alguno de los lectores de tu blog sí lo haga. Decoración cofrade y taurina. Tapas contundentes y sabrosas. Como debe ser un bar.

Un abrazo

Enrique Henares dijo...

En esa misma calle si mal no recuerdo hay un bar pequeñito pasando Enrique Becerra y frente a Casa Moreno (magnífica tienda de comestibles con trastienda para tapear a medio día), supongo que se referirá a ese, lo probaremos.
Por cierto dama, a qué altura de Luis Montoto queda el nuevo Yebra?? No tenía ni idea de su traslado.

Enrique Henares dijo...

Pues esas dos cosas me suenan a casa de mi tía Fina, los mejores huevos bechamel de Sevilla junto a los de Casa Manolo de Triana; si no es así me coge totalmente en fuera de juego.
Nos conocemos personalmente marciano??

Anónimo dijo...

Si tu me dices ven...yo pido adobo!! Yo no se si sera por lo bien situado q esta el Blanco Cerrillo, pero sean las 12 de la mañana o las 8 de la tarde no puedo pasar por Tetuan sin parar a tomarme la cervecita de rigor...

Un besito alfalfero

Reyes dijo...

El nuevo Yebra está en la calle Diego Angulo Iñiguez, frente a un horrible bar de marcha llamado "Louisiana", hace esquina con un parque infantil.
Pregunta por Pedro...
Ya me contarás...

del porvenir dijo...

La Taberna de c/Gamazo de la que hablais es magnifica. Ahora bien disiento la mayor sobre un tema en el que veo mucha unanimidad: El adobo de Blanco Cerrillo es una leyenda urbana, el olor es antológico, pero la tapa es una mierda. el otro día estuve allí despuñes de mucho tiempo sin pasar y estaba "pa toa sus mulas". Por lo demás Amén a todo lo que conozco.
A la paz de Dios señores

Anónimo dijo...

Gracias por la magnífica guía gastronómica. Y por las puntualizaciones de los contertulios.

Anónimo dijo...

Recomiendame un bar para celebrar el dia de Andalucia el pase de mi equipo a semifinales de Copa.

Un Saludo

Enrique Henares dijo...

No hay de que don Enrique, un placer tenerle por aquí.
Al niño de Almería decirle que no venda la piel del oso antes de cazarlo, que le recuerdo que la Copa de Su Majestad el Rey no es lo de su equipo hace muchos años.:P
Al resto reafirmaros los elogios acerca del Torre de la Plata. Un mediodía de Domingo en su patio con una buena botella de vino y su tapitas y raciones variadas por delante es una delicia, pero es que encima tiene unos postres caseros para chuparse los dedos. Doy fe

del porvenir dijo...

Por cierto en la "Esquina Cuesta", como siempre se ha conocido en Triana a Casa Cuesta se celebró mi bautizo hace unos cuantos ya. Me bautizaron en el Cachorro y lo celebraron en la otra punta de la calle Castilla, pero acabé al otro la do del Parque.

Anónimo dijo...

Efectivamente, pregonero, el pequeño bar al que me refería es el que se encuentra enfrente de Casa Moreno.

Un abrazo.

Reyes dijo...

Nota:
El sábado estuve en el Blanco Cerrillo de Pio XII y pedí "mini flamenquines de calabacín".
Casi me salto el mostrador y le doy dos besos al camarero.
Después vino el "bacalao al ajo"
Sin comentarios...

Enrique Henares dijo...

Ese Blanco Cerrillo es magnífico. Hace mucho tiempo que no voy, me da usted una idea para fines de semana venideros.

Anónimo dijo...

Se lo recomiendo don Enrique, yo suelo ir a “Blanco Cerrillo” y allí se tapea de escándalo hablando con los amigos que es lo mejor que hay. Veo que es usted conocedor de las maravillas gastronómicas, me sorprende cada día más.

P.D.: Creo que he asustado a alguien que alabé en este blog, no aparecen ya sus comentarios y es una pena, espero que algún día nos deleite con su palabra.

Anónimo dijo...

Pues, don Enrique, le doy otra idea para fines de semanas venideros por los alrededores de mi barrio: después de tapear en el Blanco Cerrillo de Pío XII, reserve hueco en su estómago y acérquese al Tremendo de la Cruz Roja. La cerveza quizá no llegue al nivel de la del Tremendo de la C/ San Felipe - casi inalcanzable, por otro lado - pero está riquísima y las tapas ni le digo. No deje de probar las croquetas (de esas no me importaría ir acompañado en todos los pasos) y demás exquisiteces que allí se sirven. En cantidad y con calidad. Cosa fina, oiga.

Un abrazo

Enrique Henares dijo...

Lo conozco amigo, mis tíos tienen el arte de vivir encima, jeje!!

Anónimo dijo...

Ya que hablais de todo un poco, un buen hoel y economico en sevilla, y ademas un buen restaurante economico y centrico pa cenar... Soy de coruña y tengo pensado ir en abril