13 noviembre 2006

La Amargura de las Glorias

Somos muchos quienes señalamos a la hermandad de la Amargura como la más perfecta expresión de lo que debe ser una cofradía en la calle. Se dice de ella que todo es armonía en su discurrir por la ciudad, desde esa cruz de guía que se eleva sobre los blancos capirotes el Domingo de Ramos, a la última nota de la marcha de Font de Anta sonando tras su paso de palio.
Pues bien, si la de San Juan de la Palma es la más completa cofradía penitencial, muchos somos quienes defendemos igualmente que es la de la Virgen del Amparo la que goza de ese privilegio entre las de gloria.
El Amparo es el broche de oro, elegante y medido, de las procesiones sevillanas. Todo está sumamente cuidado en su cortejo que discurre en la fresca anochecida de Noviembre por el rincón más señorial del centro. Su público es bastante numeroso, pero siempre sin perder ese encanto de ser en gran medida conocido para quienes acudimos allí año tras año. El andar del paso, como corresponde a su gran cuadrilla, suele ser excelente (vaya paseo le habéis dado, Sergio) y el repertorio musical es de lo mejor y más clásico que a día de hoy puede escucharse tras nuestras imágenes.
La estampa de la dulce Señora de la Magdalena, elevada sobre los naranjos de la calle Miguel de Carvajal, a la luz de sus incomparables candelabros rematados por un personalísimo farol, es una de esas que, sólo contemplarla una vez, te hace acudir a reencontrarla de por vida.
Es por eso que el pasado Domingo volvimos a cumplir con uno de esos ritos que nos hacen gozar de la ciudad y de sus días. No podíamos faltar; la maternal y evocadora Virgen del Amparo cruzaba sobre hojas caídas las calles de su collación, marco de las esencias imperecederas e imborrables para la memoria.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por la parte que me toca. Y en relacion a lo escrito, que decir verdad como un puño, un gloria que es punto y aparte. Señorio y clasicismo puro y duro. Al que le gustan las cofradias no se puede morir sin ver el Amparo.

Anónimo dijo...

Aparte de la Virgen de los Reyes, por lo que representa, la considero la Gloria de las Glorias, categoría y belleza,ni más ni menos.

Reyes dijo...

Debe ser por cerrar las glorias, pero algo especial la envuelve, al igual que la Alegría de San Bartolomé cuando las abre, y en cuanto a mi Virgen, no se te olvide que este fin de semana es su Besamanos, el mejor momento para verle los ojos y disfrutar de su mirada única.
Podría hablarte toda mi vida de Ella y no me cansaría...

Enrique Henares dijo...

Se cierra un ciclo, el de las procesiones de gloria y se abre otro con el besamanos de la Amargura.
Volvemos a coincidir como de costumbre, de la Amargura se podría hablar toda la vida y no cansarse.

Enrique Henares dijo...

La verdad es que no te falta razón, todo lo que sale de la Magdalena tiene una categoría increible.
El Corpus de la Sacramental es también algo muy especial para mi y que recuerdo desde muy pequeño, no en vano el Niño de la Quinta Angustia preside la cabecera de mi cama desde que abandoné la cuna.

Porveni dijo...

Que razon tienes, Dama de Sevillano, este fin de semana empieza un nuevo ciclo con el Besamanos de la Amargura. Uno de los actos que no se puede perder un cofrade, ya que se asoma la época en la que más disfrutamos, y que mejor comienzo que con la dolorosa de S. Juan de la Palma.

Anónimo dijo...

Don Enrique enhorabuena por este rincón en red, donde poder disfrutar de su pluma. Costalero enmascarado no peque usted de narcisista, por muy enmascarado que esté.

Anónimo dijo...

Bendito y alabado, deje que el costalero enmascarado peque de narcisita; a fin de cuentas, ya estamos acostumbrados... Aunque ciertamente no le abandona la razón al referirse al caché de la Parroquia de la Magdalena y sus procesiones(permítame que yo peque también).

La Quinta del Can espera que sus reuniones, cuando lo merezcan, queden inmortalizadas bajo el cincel de su pluma y la piedra de su blog, maestro escultor.

Anónimo dijo...

Visita: www.laquintadelcan.blogspot.com