08 febrero 2007

Un trozo imprescindible de Viernes Santo

Decir que la celebración del Viernes Santo tiene una importancia fundamental para todo cristiano me parece una obviedad, pero nunca es mal asunto recordar este tipo de cosas. Sin embargo, decir que en nuestra ciudad es una de las jornadas procesionales más completas en todos los aspectos, quizás sorprenda a muchos sevillanos, e incluso a otros tantos "nuevos cofrades" faltos de cierta sensibilidad.
Para aquellos que vuestro amor y respeto por nuestras tradiciones más íntimas os permiten apreciar esos pequeños detalles, no será un descubrimiento que os hable de esa luz peculiar de la tarde del Viernes Santo. No sé si habéis acertado a comprobar como las cinco de la tarde de este día, cuando el barco romántico de la Carretería avanza majestuoso por el entorno de la Plaza Nueva, no tienen absolutamente nada que ver en su luz con las del ilusionante Domingo de Ramos, o con las del aún más cercano Jueves Santo. Hasta ese aspecto, para muchos intrascendente e inapreciable, es partícipe de la fina elegancia de este día que parece hecho a medida de sus maravillosas siete hermandades.
El Viernes Santo, por esa luz descrita, por su público tan distinto al del resto de la semana, por sus cofradías..., tiene para quien os habla un encanto exclusivo. Debo confesaros que no es ajeno a ello una hermandad, la de las Tres Caídas de San Isidoro, casi tan mía como las propias, e incluso alguna vez he confesado que hasta un poquito más.
Sus dos imágenes forman parte de mis recuerdos infantiles, cuando acudía cada Domingo a Misa a la sede provisional de la Parroquia en sus años de cierre, a causa de las obras. Reabierta la misma, el paso de palio de la Virgen de Loreto constituía en mis inquietas tardes cuaresmales ese monumento a la ilusión que cada cofrade ve crecer, casi mágicamente, muy cerca de su casa; quién me iba a decir a mí, por aquellos entonces, que un buen día y gracias al inolvidable privilegio brindado por un excelente prioste y mejor amigo, iba a poder disfrutar con mis propios ojos de la ceremonia íntima y hermosísima de la subida de la Virgen de Loreto a su paso...
Muchos han sido los buenos ratos vividos en su casa, muchas las buenas gentes conocidas en ella; pero por encima de todo, mi cercanía física y sentimental con esta hermandad me ha servido para valorarla como tal, tanto por su activa labor y vida diaria como por su presencia en nuestras calles, tras tres años más imprescindible que nunca, llenando de sabor añejo e infinito buen gusto ese aire personal y envolvente de una de las tardes más bellas de la Semana Santa.

23 comentarios:

Enrique Henares dijo...

Mis disculpas por el retraso del artículo esta semana, el fin de exámenes no me ha permitido escribir antes.

Un saludo a todos.

Javier Arias dijo...

Verdaderamente, el texto es un fiel reflejo de la realidad. Así es, una de mis hermandades compone esas características inherentes y propias de la inmejorable tarde del Viernes Santo.

Es cierto que el momento de la subida de la Virgen a su Casa de Oro supone un autentico instante inolvidable, aun lo recuerdo vivamente en mi memoria.

Como bien sabes, me ha encantado el texto, me da la impresión que en poco tiempo la solicitud de hermano te la acabaré firmando,jeje

un abrazo

Anónimo dijo...

En una de mis innumerables visitas a Sevilla, y perdida por las callejuelas de la misma; nos topamos un día de radiante sol con una Parroquia que en su interior albergaba un extraordinario número de obras de arte: San Isidoro.
Y cuál ha sido mi sorpresa al descubrir que dedica el comentario de su blog a una Virgen que en su día pude contemplar en ese templo y cuya mirada serena aunque llena de dolor me impactó. Supe que se trataba de la Virgen de Loreto por la iconografía de la misma: broche del ejército del aire.
Una persona amablemente nos explicó que en semana santa esa virgen pasea majestuosamente en su paso dorado, emulando la Casa de Oro de Nuestra Señora, en la letanía lauretana: Casa de oro, ruega... Arca de la Nueva Alianza, ruega...Puerta del Cielo, ruega... Estrella de la mañana, ruega...

Anónimo dijo...

¡Que alegría me he llevado!, al poder ver que de nuevo la tenemos entre nosotros.
Sepa usted que muy cerquita de esa iglesia tiene usted su casa cerca de la calle vírgenes, suyo siempre. Capi

MAPP dijo...

Txomin dijo...

Verdaderamente, el texto es un fiel reflejo de la realidad. Así es, una de mis hermandades compone esas características inherentes y propias de la INMEJORABLE tarde del Viernes Santo.


A ver... ¿No crees que un poco más seca no sería mejor esa tarde?. Yo me quedo con la Sagrada Mortaja de regreso (arropada por los naranjos de Doña María Coronel no es un mal sitio para verla), la Carretería, San Isidoro y a Él cuando viene expirando para morir en Sevilla.

Un abrazo

Enrique Henares dijo...

Uysss aquí hay amor, jeje!!
Amigo txomin, si no la firmé en su momento me da que ya..., yo creo que hasta perdería el encanto.
San Isidoro propicia muchas estampas como las descritas por marciano. Los últimos años en que efectuó su salida la vi regresar por el tramo más estrecho de Francos, impresiona sobremanera el discurrir de sus negros nazarenos por una calle con el público justo, ni más ni menos.

Reyes dijo...

Mi Viernes Santo es oscuro, con aroma de azahar de la calle Doña María Coronel, tan sólo iluminado por dieciocho ciriales.

Anónimo dijo...

Mi Viernes Santo es el Señor expirando y una Moreneta sevillana...jornada redonda sin duda que ojalá este año volvamos a disfrutar completamente en su plenitud.

Kiski dijo...

El Viernes Santo es día de fotos en el puente de Triana.

Llevas toda la razón. La luz es otra.

Un Saludo

Anónimo dijo...

Ya es hora de que volvamos a disfrutar de una gran tarde de Viernes Santo, el mal tiempo nos la debe.
El mejor momento sin duda de este día es la noche ya cerrada.
Porque no se si es mejor ver a la Carretería de vuelta por las calles estrechas del arrabal, a la Mortaja entre los naranjos de Doña Mª Coronel (todos los cofrades deben de vivir esto alguna vez), a esa cofradía romántica de Montserrat por Castelar y Zaragoza, o al Cachorro de recogida por Castilla.

PD: Aunque el artículo esté dedicado a la hermandad de S. Isidoro, no se como se te ha olvidado, Pregonero, mencionar a esa hermandad que te encanta ver de vuelta por las calles de la Magdalena...

Enrique Henares dijo...

Hombre, pues porque el artículo está dedicado a San Isidoro, que en estos días celebra su Novena.
Como bien dices quienes me conocen saben que Montserrat de vuelta es uno de mis momentos preferidos de la Semana Santa.

Finidiblanco dijo...

Mi viernes santo es salida de Soledad de San Buenaventura a los sones de Soledad Franciscana y paso por la Plaza Nueva con La Madrugá

Anónimo dijo...

Don Enrique, enhorabuena por hacerme recordar un día más con lo que significa un Viernes Santo. Además, como el tema se ha desviado un poco, y hemos pasado a hablar del Viernes Santo en general, permítame... Demuestran apreciar una Semana Santa de 50 años acá, con hermandades satélites, cofradías con valores de cofradía seria meramente infundados, y sobre todo sin apreciar los exquisíto de una tarde tan completa como ésta. Particularmente me quedo con el gusto que deja a su paso una hermandad como la Carretería, el más sensible paladar cofrade fruto de la solera cofradiera de los toneles del Arenal; con el legado del viejo arrabal, el de barcas, barro y fragua, representada por la O, trianera por excelencia; y, ¿qué hablar de esa que bebió de la fuente de los Montpensier, la de las primeras túnicas en representar el color de un Dogma, la de los Castillos y Leones ante unos orígenes catalanes, la de la solemnidad de una Real Parroquia hecha gracia a los sones de "Soleá dame la mano" avanzando por Doña Guiomar...? ¿qué hablarles de Montserrat? Pues nada más, pues se me ve "el plumero".

Anónimo dijo...

Aun recuerdo aquellos Viernes Santos de tristeza, de cansancio, de presentir que se acaba todo, de ver a mi madre metiendo las túnicas de Montesión en la lavadora y aquel nazareno del Cachorro que iba camino de su templo lenta y parsimoniosamente sin que nadie le molestara pidiéndole caramelos como hacían con el primer nazareno del Domingo de Ramos.

Pero hoy, con 43 años vividos, es nuestro día, es el día de los que somos y estamos. Los que no son ya no están porque andan cansados y los que somos nos sabemos cómplices de secretos inamovibles que andan por las calles de la ciudad, ¿no te has preguntado nunca por qué este día vemos muchas hermandades desde la cruz al preste, teniendo en cuenta que estamos más cansados y agotados?, es porque nos lo pide el alma, ¿o no es al alma donde se dirige la mirada del Señor de las Tres Caidas cuando lo buscas de vuelta a su iglesia?.

Un abrazo

Les Corts dijo...

Aun recuerdo aquellos Viernes Santos de tristeza, de cansancio, de presentir que se acaba todo, de ver a mi madre metiendo las túnicas de Montesión en la lavadora y aquel nazareno del Cachorro que iba camino de su templo lenta y parsimoniosamente sin que nadie le molestara pidiéndole caramelos como hacían con el primer nazareno del Domingo de Ramos.

Pero hoy, con 43 años vividos, es nuestro día, es el día de los que somos y estamos. Los que no son ya no están porque andan cansados y los que somos nos sabemos cómplices de secretos inamovibles que andan por las calles de la ciudad, ¿no te has preguntado nunca por qué este día vemos muchas hermandades desde la cruz al preste, teniendo en cuenta que estamos más cansados y agotados?, es porque nos lo pide el alma, ¿o no es al alma donde se dirige la mirada del Señor de las Tres Caidas cuando lo buscas de vuelta a su iglesia?.

Un abrazo

perizoma dijo...

Mi Viernes Santo es una puesta de flores, es preparar para que al día siguiente luzca mi hermandad, pero rápidamente tengo que ir a Triana porque es de allí donde sale mi otra hermandad.

Enrique Henares dijo...

Este año, además de todo lo comentado (que cierto eso de que es el día en que nos gusta ver más de una cofradía de la cruz al preste...) será para mí un día de expectación, de ciertos nervios en el estómago porque al día siguiente, si Dios quiere, sacaré por vez primera a la Piedad de los Servitas tras unos años soñando hacerlo.

Les Corts dijo...

Me acabo de enterar por tu último comentario de que este año sacarás a la Piedad de los Servitas y me he llevado una gran alegría. Yo llevo 19 años debajo y será un honor compartir trabajo contigo.

El día 24 tenemos igualá y "garbanzá", espero conocerte en persona.

Un abrazo.

Enrique Henares dijo...

Eso está hecho. Allí estaremos el día 24, en los dos años que llevaba aspirando, los mismos dos que llevo sacando Cigarreras, ya he tenido ocasión de disfrutar de ese magnifico día de los garbanzos en la plaza de San Marcos. Este año más que nunca, tras la buena noticia del lunes pasado, se antoja aún más magnífico si cabe.

Bienvenida glaucamaria.

Les Corts dijo...

Por cierto pregonero, ayer no te pregunté en què tabajadera has entrado en los Servitas. ¿No será por casualidad en primera?. Es que es la mía y creo que allí teniamos una baja para este año.

Un abrazo

Enrique Henares dijo...

Pues no calleferia, soy mucho más "ratonero" que tú, he entrado en última que es donde estaba la otra baja.
Un saludo.

Enrique Henares dijo...

Dicho y hecho, ya nos conocemos.

Antonio dijo...

Que no falte nunca Cirineo en la Costanilla. Por los siglos de los siglos.

Antonio