10 enero 2007

La mirada más desconocida

Entre el gran público de la calle no llama mucho la atención su imagen, ni tampoco su cofradía; puestos a ser sinceros, tampoco llamó nunca la mía cuando era un niño de silla en la Campana, apasionado desde bien temprano por la Semana Santa y todo aquello que la rodeaba.
Las Penas era para mí una hermandad de negro, que salía de San Vicente y que tenía un hermano mayor, hermano del entonces presidente de mi equipo. También recuerdo muy lejanamente como fue la única en salir en un lluvioso Lunes Santo y que no pude verla porque ya estaba en casa hacía unas horas...
Pasó el tiempo y avatares del destino me llevaron allí. Tenía diecisiete años y comencé a vivir en ella todas esas cosas que, pese a mi vinculación desde la cuna al mundo de las cofradías, nunca había disfrutado tan de cerca: la limpieza de plata, los montajes, el salir de acólito en los cultos, las copitas y las convivencias en la casa de hermandad y en las de otras hermandades, los muchos amigos que fui haciendo...
Aquella hermandad además se había venido a residir de manera provisional muy cerquita de mi casa y quizás por eso, poco a poco me fui enamorando de su dolorosa con los ojos elevados al cielo, una de las más personales de toda la Semana Santa de Sevilla...
Tras varios años, circunstancias de la vida hicieron que mi participación en la hermandad se viera reducida únicamente a los días más señalados de la misma. Quizás ha sido entonces cuando, desde la distancia relativa, he aprendido a valorar esa mirada dulce a la vez que sobrecogedora, serena e infinitamente misericordiosa de Jesús de las Penas que, debo confesar, siempre fue para mí algo secundaria frente a la de su Madre.
La tarde del Lunes Santo mi corazón queda dividido entre la de San Vicente y esa otra hermandad que, además de ser mi sueño como costalero, fue el lugar en el que un día se conocieron quienes me dieron la vida: Santa Marta.
Pese a pertenecer a ambas, el pasado fue el primero, tras ocho años consecutivos como acólito y penitente en las Penas, en que disfruté de la jornada desde fuera. Si hermoso fue reencontrarme después de tanto tiempo con la más bella plasmación posible del entierro de Cristo, no menos lo fue hacerlo con su cuerpo abatido y su mirada redentora, esa mirada tan desconocida en la ciudad que ni yo mismo, tan cercano entonces, supe recrearme en ella como merece; la mirada de Jesús de las Penas, que en estos días celebra su Quinario.

13 comentarios:

Kiski dijo...

La mirada del Cristo de las Penas es el Lunes Santo.

El discurrir de la Virgen de lo Dolores con la marcha fúnebre de Chopin es el Lunes Santo.

Enhorabuena, ser de las Penas es tener buen gusto cofrade.

Un Saludo

Anónimo dijo...

Cada dia que visito su blog me quedo mas anonadado por su forma de retratar lo que se mueve dentro de su ciudad natal, que es mi ciudad de adopción.

Las Penas llego a mi como Palio señorial, con una dolorosa de bella factura y también como reto, dentro de este mundo que tanto nos gusta por su dureza. Dolores de San Vicente, cresteria de respeto entre aires funebres y cadencioso discurrir en contra posición del Folklore del Tardon.

Un abrazo.

Reyes dijo...

Las Penas se encuentran entre mis cinco cofradías favoritas, creo que es el señorío mas elegante dentro de nuestra Semana Santa, y la mirada de la Virgen maravillosa.
Entre las estampas cofrades que mi memoria guarda y rememoro a menudo siempre está la entrada de la Penas en San Vicente, con la banda del Maestro Tejera, los naranjos...ya le digo, es una de mis cofradías, sencillamente me encanta.

Finidiblanco dijo...

Las Penas se hizo familiar desde que acompañaba de pequeño a mi amigo Joaqui a sacar su papeleta de sitio a la Casa de Hermandad; me trae recuerdos del barrio, de cuando íbamos a ver al Joaqui salir de nazareno, y él nos levantaba un poco su mano izquierda para "saludarnos"

Enrique Henares dijo...

Hace algunos años publiqué un artículo en el boletín de la hermandad en el que recordaba una de esas entradas en San Vicente. La había vivido de la mano d mi padre, siendo muy niño y aún hoy forma parte de mi mejor memoria cofrade.

Mª Rosa Rodríguez Palomar dijo...

Sólo quiero decirle que me ha encantado su blog, su manera de relatar y vivir Sevilla, a la que me unen muchas, bellas, grandes cosas. Aunque sea un tópico, cuando recuerdo Sevilla, recuerdo el aroma y el color de la primavera y los naranjos, el azahar. Cuenta con mi voto en los premios 20minutos. Suerte y saludos.

Anónimo dijo...

Ese lunes santo se llena de señorío cuando sale María Santísima de los Dolores con una mirada perdida en la inmensidad, clamando al cielo por su hijo. ¡Qué maravilla de estampa recorriendo mi ciudad!. Enhorabuena Enrique por dibujar con tanto gusto nuestras tradiciones.

Enrique Henares dijo...

Muchas gracias a ambos.
Cierto es que me apunté al concurso de 20minutos. No creo que mi blog tenga mucho exito en Pontevedra o en Soria, pero si os gusta lo podéis votar en:
http://www.20minutos.es/premios_20_blogs/

Anónimo dijo...

Que puedo decir yo de esas imagenes si la mirada de Ella es estremecedora y la de El pura dulcura.Has hecho una descripción magnífica de algo que por lo menos para mi es muy dificil de expresar con palabras. Lamento que alguna circunstancia te haya hecho alejarte de algo que te gusta de esa manera, pero no dudo que volverás porque hay sentimientos que están por encima de todo.

Enrique Henares dijo...

No formar parte de la vida activa de una hermandad no significa estar alejado de ella. Simplemente me he dado cuenta de que no me gusta esa forma de entender las cofradías. Me quedo con vivir la Semana Santa desde la calle, donde más se disfruta y desde debajo de los pasos, donde día a día me voy dando cuenta que se encuentran las personas más nobles y leales de este mundillo en el que todos los protagonistas somos necesarios.

Enrique Henares dijo...

Amigo marciano, quizás no he sabido expresarme, no he querido decir que en otros ámbitos cofrades no haya personas nobles, por supuesto que las hay. Sólo te comento por mi experiencia que debajo de los pasos o alrededor de este mundo he encontrado muchas más y que es raro encontrar en estos frentes personas con aires de superioridad y que no te brinden su amistad sin dobleces, es raro digo, pero por supuesto que como en cualquier lugar las habrá también.
Un saludo y gracias por tu voto.

Anónimo dijo...

Enhorabuena Pregonero de Sevilla, enhorabuena Enrique por tu blog. Siempre tienes cosas interesantes que decir y además las dices con gusto y con un estilo muy particular. Quiero comentarte que hay circunstancias en la vida que hacen que unas veces estes mas cerca y otras mas lejos de la Hermandad, pero en cualquier caso siempre debes recordar que la Hermandad eres tu al igual que soy yo (que como sabes soy uno de los secretarios actuales de la Hermandad) y es cada uno de los 1800 hermanos que actualmente la formamos. Y además es como han querido que sea los que ya no están pero nos la han legado como es, y será como queramos que sea tu, yo y el resto de hermanos que la formamos.

Por cierto, no creas que pasamos por alto tu correo que enviaste al correo de secretaría de la Hermandad, anunciaremos tu blog en la sección de breves en el próximo Boletín de la Hermandad.

Un abrazo.

Enrique Henares dijo...

Muchas gracias José Antonio.
Un fuerte abrazo.