11 julio 2008

Memoria de la Alfalfa


La gran mayoría de vosotros conocéis que vivo en la Alfalfa. Es algo que, como casi todos los que habitamos este trozo de ciudad, gusto de reivindicar con frecuencia; no por el privilegio de vivir en el centro o en una zona en la que muchos sevillanos desearían hacerlo, ya que considero que cada barrio, cada rincón de nuestra Sevilla, por alejado del casco antiguo que se encuentre, tiene su propio encanto (y en estos tiempos incluso más sabor que ciertas partes enclavadas en el mismo corazón de la ciudad); sino por el simple hecho de que vivir en este entorno es hacerlo en el primer retazo de Sevilla que existió y quizás en el pueblo más cercano a la misma, tan cercano que como os decía estuvo presente en ella desde al arranque de su propia historia.
La Alfalfa y la Costanilla Alta fueron la zona más elevada de Híspalis, aquella en la que, sobre las aguas, comenzó a construirse el germen de lo que hoy es Sevilla. Por ello y como escribe el dermatólogo Ismael Yebra en su reciente libro "Sevilla vista desde la Alfalfa" (el cual os recomiendo no dejéis de leer) ha sido un lugar testigo privilegiado de la historia de la ciudad, puede que por ese misterioso atractivo que la gran mayoría de hijos de esta tierra sentimos por esa plaza y su habitat cercano, sin más encanto que el de su constante vida, su alegría...
Para este "pregonero", residente en la Alfalfa desde el día de la Inmaculada de 1982, con dos años recién cumplidos, su barrio constituye mil recuerdos y una forma de vida. La Alfalfa es la memoria de sus bares, como el Danubio (Casa Ramón para nosotros), con sus porras futbolísticas que en varias ocasiones me llevé siendo un niño y sus proyecciones de diapositivas cofrades, los sábados por la noche en la trastienda del establecimiento. Precisamente en el mismo local hoy existe otro bar con el nombre de Trastienda. La Alfalfa son las desaparecidas tostadas del Donaire, con esa cristalera mirador del barrio y esos veladores en los que tantas noches de verano viví. La Alfalfa son lejanos recuerdos, como el del cierre de aquella enorme tienda de electrodomésticos, que significaría la apertura del Horno San Buenaventura; o el de cuando íbamos a misa los Domingo a la sede provisional de San Isidoro, una iglesia fantasma para mí que se hallaba tras un muro de obras y que durante muchos años soñaba conocer, revitalizada, con sus cofradías y sus pasos dispuestos, cofradías las tres (San Isidoro, Salud y Penas provisionalmente) que tan buenos momentos me hicieron disfrutar, dentro y fuera de los muros parroquiales, años más tarde. La Alfalfa, como no, son tambores tempranos, los mediosdías del Martes y del Miércoles Santo (desde este año también el Lunes con el Cautivo del Polígono); es bulla del Pilatos; negros nazarenos de ruán camino de la parroquia, como escapándose del sueño de la Semana Santa, en la atardecida del Viernes Santo; es procesión de gloria, por mayo o por septiembre; campanita de la Majestad de San Nicolás, anunciando la llegada de Dios bajo mi balcón, una mañana de Domingo de junio... Podría pasarme horas enumerando instantes, sensaciones..., pero no es cuestión de aburriros.
Hoy la Alfalfa es una plaza extraña, llena de bancos modelo Ikea y farolas ducha. Debo reconocer que, a pesar de su horrorosa visión, en mi opinión la plaza ha ganado en vida y alegría, más si cabe, con el hecho de su peatonalización.
Sea como sea, la Alfalfa, mi barrio, cuna de toreros y cantaoras, siempre será distinta, especial y sevillanísima.

20 comentarios:

el aguaó dijo...

Bajo mi humilde punto de vista, la Alfalfa es uno de los enclaves más especiales que tiene nuestra ciudad. ¿Por qué?, tú te has encargado de describir el motivo con tu impecable pluma... o teclado.

La peatonalización es un acieto mayúsculo, pues la plaza gana en vida y en seguridad para sus habituales, sin embargo, la decoración o estética que le han dejado no me gusta. Sobre gustos no hay nada escrito, pero le da un toque de expositor de tiendas de campaña del Hipercor.

Aún así, como bien has remarcado, la Alfalfa seguirá siendo esa plaza especial y señera de Sevilla.

Un fuerte abrazo amigo.

ANTONIO SIERRA ESCOBAR dijo...

...como diría un amigo nuestro; "ya puedan llovewr croquetas" y los falsos cantores de una calidad de vida descafeinada...Vivir en la alfafa, amigo Pregonero, es un auténtico privilegio. Un abrazo.

del porvenir dijo...

La plaza está horrorosa, esa impresión no me la quita nadie. Pero como estaba antes, permanentemente llena de camiones, sucia,... era impresentable

Anónimo dijo...

Nací y me crié en la calle Caballerizas, pasaron los años y nos mudamos a la calle Sol casi enfrente de la Hermandad de la Cena, en donde el Viernes Santo por la mañana veíamos pasar a la Hermandad de Los Gitanos por casa.
Ya llevo bastantes años viviendo en la Ctra. de Carmona, pero sigo soñando con volver a vivir en la misma zona que me vió nacer, por la que salí con mis primera amigas y en la que se forjaron tantos sueños.

Saludos

Enrique Henares dijo...

Bienvenida sevillana, espero que algún día logres tu sueño.

Totalmente de acuerdo con del porvenir, la plaza está horrible, como todo lo que hacen estos señores, pero algo había que hacerle porque era dejadez en estado puro.

Es una pena el mobiliario utilizado, porque la idea es bastante buena, da mucha alegría ver los niños jugando a media tarde, los veldores aún más repletos que de costumbre, poder pararse a hablar con un vecino a mitad de la plaza...

Finidiblanco dijo...

¡Fuera el tráfico! ¡Viva la Alfalfa!

Roberto Villarrica dijo...

En la plaza han hecho un churro, pero antes era un caos absoluto. Afortunadamente la vida que hay en ella le da una alegría y un pulso que ya quisieran muchas plazas del centro de Sevilla.

Reyes dijo...

¡Lo que daría yo por vivir en la Alfalfa!
Y aunque no te guste el mobiliario, reconoce que ha ganado mucho.
Yo recuerdo el Microbús, o el bar de Manuel, el chiringuito, detrás de la plaza mismamente.

Un besazo.

Unknown dijo...

Magnífica entrada y magnífico homenaje a tu plaza, pregonero.

Siempre le he tenido especial cariño a esa plaza, son tantos recuerdos: las mañanas de los domingos con mi abuelo comprando jilgueros, esas eternas chicotás de San Esteban...

Aunque no esté muy de acuerdo con algunos aspectos de la Piel Sensible, es cierto que al menos hemos ganado una nueva plaza a cambio de un aparcamiento en superficie.

Saludos.

Zapateiro dijo...

Pues sí pregonero, como dice Natural de Sevilla, ya pueden llover croquetas, que la Alfalfa siempre será un punto clave y vital de nuestra Sevilla, la pongan como la pongan.

Estoy de acuerdo en que la peatonalización de parte del centro es una alegría, pero no estoy menos de acuerdo también en que de lo más feo que ha hecho este gobierno actual es la trasnformación de tu plaza de de la plaza del pan. Pero mira, al menos, la estética se puede recomponer y lo que ha ganado con la peatonalización ya no creo que se lo quite nadie.

Eres un privilegiado por vivir donde vives. Poder ver bien a mi Hermandad de los Gitanos todos los años por allí debe ser un gustazo.

Un saludo.

Enrique Henares dijo...

En la vertiente cofrade la verdad es que tengo poco explotado el barrio. No suelo andar por casa cuando pasan las cofradías por la Alfalfa, a buen seguro porque mis balcones dan a una calle donde no cae una gota de cera durante los días grandes.

Sí que suelo ver por aquí San Esteban de salida; San Bernardo, con la que vengo a veces desde el mismo barrio y desde la pasada Semana Santa, el Polígono. En mis años mozos me metía en las bullas alfalfeñas del Pilatos, pero ya gusto de buscarlo con menos apreturas pasada la iglesia de San Esteban.

Confieso que me gusta más la Alfalfa cofrade de las hermandades de gloria: la Virgen de la Luz y la de los Sastres por Septiembre; la Alegría durante su exilio en San Isidoro y como no, la Patrona del barrio, la Virgen de la Salud con su Chato.

NICODEMO dijo...

Coincido con algunos de los que ya han opinado. La estética que le han dado a la plaza no creo que sea la más idónea, pero sin duda se ha recuperado un espacio que había sufrido durante años una degradación preocupante.
Y sin duda es un enclave único para la Semana Santa. Siempre he sentido debilidad por el Cristo de la Fundación enfilando la calle Águilas.
Enhorabuena por la entrada

aiNOha dijo...

Que envidia de barrio Quique!!!!
La verdad es que no me gusta nada como han dejao la plaza, soy mu clasicona.. pero weno, en comparación con antes, me keo con esta, x supuesto!

Un besito!!!!

Anónimo dijo...

A pesar de los cambios que haya sufrido, sigue siendo un enclave maravilloso. Y muy cofrade por supuesto.

Herodes Antipas dijo...

Yo, lo siento, pero prefiero la Alfalfa de siempre. O, cómo habeis indicado, con otro mobiliario, porque tanto ésta, como la del Pan, se las han cargado.
Un fuerte abrazo y, como en otras ocasiones te he dicho, "los hay con suerte"...

Buenos dias con Poesía dijo...

POR FAVOR REENVIAR ESTE MENSAJE A TODAS LAS PERSONAS QUE CONOZCÁIS:

Si conoces a alguien en Sevilla que pudiera tener el grupo sanguíneo AB y esté dispuesto a donar sangre, ayudanos.

En el hospital de FREMAP SEVILLA hay un chiquitín de dos años ingresado con leucemia que necesita urgentemente unos 15 donantes.

Por favor reenvía este correo a quien conozcas.

Si encuentras a alguien, puede ponerse en contacto con el padre, Miguel, en el 625 66 99 33.

Maria Nieves Martínez y Merino
Inspectora Médico
Inspección de Servicios Sanitarios
Consejería de Salud - Cádiz
mnieves.martinez@juntadeandalucia.es

Anónimo dijo...

Querido pregonero,de tu teclado solo salen verdades como puños,como puños!!!

Buenos dias con Poesía dijo...

Por favor no tengais en cuenta mi mensaje. Parece ser una estafa.

María_azahar dijo...

Me ha gustado mucho la memoria, Enrique, escribes de maravilla. Enhorabuena.

Enrique Henares dijo...

Gracias, Charo.