"Suele ser a esa hora en que una inexplicable sensación, una luz exclusiva y personalísima, un indeterminado aire de melancolía y una brisa serena y tibiamente fresca nos invaden el alma y los recuerdos, copados por tantas emociones vividas en tan escaso espacio temporal.
Suele ser a esa hora en que, por vez primera, sentimos verdadera conciencia de que lo que tanto anhelábamos se nos empieza a ir muy lentamente, tan lentamente como habrá amanecido este Viernes entre negros capirotes por el viejo Compás de la Laguna; por la estrechez de la antigua calle Capuchinas, cortada de manera sorpresiva por la larga zancada del Señor que todo lo puede; o por un Arenal de blancas capas, humo de calentitos y serrín de tabernas.
Suele ser a esa hora en que la calle que sabe a la ciudad de siempre, la eterna calle Feria, recibe los primeros nazarenos de antifaces morados que anteceden el paso de la Sentencia de Cristo. Suena toda la trompetería de la Centuria por la estrechez cercana a Montesión, mientras San Juan de la Palma se inunda de verdes capirotes de Esperanza..."
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Pues más que un apunte, me parece que has escrito un buen trozo de pregón.
Saludos.
Muchas gracias, hombre. Qué bueno es tener amigos...
Al hilo de la foto: la casa a cuyo balcón se asoma alguien a ver pasar la Esperanza se vende. A mí ahora mismo me coge sin liquidez, pero informados quedan, por si a alguien le interesa. No es mal sitio para vivir San Juan de la Palma esquina a Espíritu Santo...
Muy bonito, como siempre describiendo con mucha sensibilidad los mejores momentos de nuestra semana mayor.
Publicar un comentario