17 noviembre 2010

La Sevilla de Morales Padrón


Quienes sean lectores de este blog desde sus inicios, o hayan seguido, a lo largo de casi tres años, las “Curiosidades de Sevilla” que he venido publicando en las páginas de Casco Antiguo, habrán advertido en numerosas ocasiones mi profunda “devoción” por distintos libros y estudios de don Francisco Morales Padrón, fallecido en la madrugada del pasado lunes 15 de noviembre, curiosamente en la misma fecha en que lo hiciera, 41 años antes, otro enamorado de la ciudad, Joaquín Romero Murube. Grancanario de nacimiento, sevillano de adopción, y también de corazón, consagró su vida laboral a la docencia y la investigación americanista en la facultad de Letras de la Hispalense, en la que ocupó cátedra durante 54 años.
Doctores tiene la universidad para loar y reconocer los incontables méritos profesionales del profesor Morales. A título particular, yo le tributo estas sencillas líneas en agradecimiento por tantos buenos ratos que me hicieron pasar las lecturas de algunas páginas de sus libros, descubiertos entre los numerosos de la biblioteca paterna que luce en mi salón. En ella hallé desde un concienzudo análisis de La Ciudad del Quinientos a su más reciente Guía sentimental de Sevilla, sin olvidar Visión de Sevilla, aquel libro que contiene un delicioso recorrido, mitad relato histórico-mitad reportaje periodístico, por el olvidado barrio de San Bartolomé. Ya en mi propia biblioteca, guardo un estudio sobre Los Corrales de Vecinos de Sevilla que, como he escrito en alguna ocasión, me marcó de tal forma que llegó a convertirme, quizás, en el más joven investigador de esta temática que haya existido. También Varias Sevilla, una publicación del Ayuntamiento que recopila algunos de sus artículos y conferencias, entre estas últimas la que lleva por título “El barrio de San Vicente y sus habitantes: 1875”, dictada en septiembre de 1975, dentro de los actos conmemorativos del I Centenario de nuestra común Hermandad de las Penas de San Vicente.
Sin embargo, y pese a todo lo destacado anteriormente, puede que sus más hermosos escritos sevillanos se encuentren en ese otro volumen, editado por la colección de bolsillo de la Universidad que, bajo el título de Sevilla insólita, a muchos, tal y como escribía ayer su compañero de Academia Antonio Burgos, “nos redescubrió nuestra ciudad con ojos apasionados”. Así, permanecerán por siempre en nuestra memoria lectora, capítulos como los dedicados a la Santa Escuela de Cristo; al remanso de paz de las clausuras sevillanas, que visitó junto a los profesores Valdivieso y Morales, como prologuista que sería de la Sevilla oculta de estos; o ese otro en el que nos descubre un santo para cada día de la semana, recorriendo los templos sevillanos en los que se hallan y describiendo con minuciosidad cada detalle del entorno que observa. No faltan en estas páginas referencias –fundamentalmente en el capítulo “Traslados y esperas”- a una Semana Santa de la que Morales Padrón fue pregonero en 1986. Ni que decir tiene que al siempre complejo mundo de las cofradías no le gustó su alocución, ya que, en la elaboración de su texto, decidió permanecer fiel a ese estilo literario que a muchos de sus lectores habituales nos cautiva profundamente y que no caza precisamente con lo que los cofrades gustan escuchar desde el atril.
Hará unos cinco años, junto a mi primo Juan, tuve el placer de conocerle personalmente en el departamento de Historia de América de nuestra Universidad. Nos lo presentó, con grandes alabanzas hacia su trayectoria, el profesor Mora Mérida, con el que nos entrevistábamos en aquellos instantes con la finalidad de superar unos créditos de libre configuración. Ni él, ni el bueno de don Francisco imaginaron, a buen seguro, la gran satisfacción que me produjo aquel encuentro casual.

6 comentarios:

José Antonio Valderrama dijo...

Magnifico el artículo, querido Enrique.

Siempre atento a tributar desde tu Blog un homenaje a las personas importantes, que han dejado huella en la historia de nuestra ciudad, como es nuestro común hermano D. Francisco Morales Padrón

Francisco Espada dijo...

Lo mejor que podemos hacer en su homenaje, quienes permanecemos, es afanarnos en el conocimiento de su obra.
¡Descanse en paz!

Juan Antonio ( Amaneceres mios) dijo...

Buen articulo.Hasta siempre Don Francisco,vuelva cuando quiera,esta es su casa...

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

También entre mis libros guardo los dos títulos que mencionas de tu biblioteca.
Me uno a tu homenaje a tan SEVILLANO señor.
Saludos.

P.S. Enrique, como hablas de tu gusto por el tema de los corrales, te invito a que pases por mi humilde blog en el que hay cuatro entradas referentes a mis vivencias particulares en una casa de vecinos de tu querida Alfalfa.

Enrique Barrero dijo...

Justísima y excelente evocación del Sr. Morales Padrón y de su obra que, además, sirve a algunos para comprobar que su blog no está "averiado", sino simplemente "rebautizado"

Enrique Henares dijo...

Hermanos José Antonio y Francisco, un placer contar con vuestra visita y vuestros comentarios. Lo mismo digo, Juan Antonio.

Rafael, te lo he escrito en tu blog, pero reitero mi agradecimiento por dejarme la pista de esas cuatro entradas corraleras alfalfeñas. Me reafirmo, son de libro.

Espinelete, me alegro de que me hayas encontrado. Espero que no sean muchos los que me han perdido en la mudanza. He intentado difundir el cambio a través de diferentes vías y creo haberlo logrado.