31 mayo 2010

La secreta Sevilla Sacramental


Para qué vamos a engañarnos, los más extremos rancios hispalenses –como gusta llamarnos don Francisco Robles, colaborador que fue de esta casa- no esperamos ansiosos, pasada la Semana Santa, la llegada de los días de farolillos. Acaso algunos, llamados desde niños por la devoción al toro y a la fiesta de las fiestas –le pese a quien le pese- que gira en torno a él, disfrutamos de esas tibias tardes de abril en una plaza, con arcos encalados y albero de Alcalá, que podría proclamarse alegremente como la más hermosa del mundo; pero poco más. El rancio hispalense, perdida en su memoria la trasera del último palio y matado el gusanillo con los primeros pasos de las glorias clásicas con sabor a sus barrios de siempre (Salud, Alegría, Pastora...), sueña el reencuentro con una de las más secretas ciudades que caben en el corazón de la nuestra: la ciudad de Dios en su estado más puro; la Sevilla Sacramental; tan íntima a veces como encantadora, tan real en nuestras calles como atemporal.
Alguna que otra vez hemos hablado, en estas mismas curiosidades sevillanas, de la procesión del Corpus catedralicio (jueves 3 de junio la cita de este año), e incluso hemos cubierto, a través de nuestras distintas cabeceras, la información relativa a los otros Corpus –los de los barrios- que tanto proliferan últimamente. Sin embargo, nunca hemos hecho referencia alguna a esos encuentros, la mayor parte de las veces sorpresivos, con Jesús Sacramentado bajo palio, cualquier mañana de domingo primaveral, en la angostura de las viejas calles del centro, o entre la altura de las torretas residenciales de los barrios periféricos. Soy un enamorado de la procesión del Corpus Christi, de sus vísperas, de la tarde solitaria y aletargada que queda tras su paso, alfombrado de juncia y romero, y en la que para mí siempre nació el verano... Pero el más auténtico encuentro con este Dios temprano siempre lo disfruté, desde que tuve uso de razón, en una procesión de impedidos. De niño en la de San Lorenzo, de la mano de mis abuelos y mis tíos: mañana murubesca por los patios de la calle Santa Clara, colchas en los balcones, pétalos de flores, sones de Tejera... Algo mayor y desde entonces, en mi propia casa, con el sonido de la campanilla que abre el cortejo y de los tambores de la Cruz Roja despertándonos y sacándonos de la cama en busca del balcón: la Divina Majestad de San Nicolás discurriendo por la estrechez solitaria de Almirante Hoyos. El Señor hecho Pan acudiendo en auxilio de quienes más le necesitan...
No en todas partes, como señalábamos, pero sí en muchas zonas de la ciudad, las procesiones de impedidos han pasado a mejor vida para dar lugar a Corpus chicos con sus correspondientes pasitos, al estilo del histórico de Triana y del ya tradicional de la Magdalena, tan diferentes y tan maravillosos. Ambos salen a la calle en la mañana del domingo, día de la celebración litúrgica del Corpus Christi, pese a que nuestra ciudad –como Granada y Toledo- mantenga su procesión mayor en la mañana del jueves previo, y constituyen, sin ninguna duda, una cita imprescindible para sevillanos sensibles. Volviendo a las procesiones con el Santísimo bajo palio, bien es cierto que los usos y costumbres han cambiado hasta en la enfermedad y que quizá por ello, en gran parte, han perdido su sentido. Sin embargo, esto no es óbice para que aquellas sacramentales –puras o fusionadas con hermandades penitenciales o gloriosas- que aún las organizan, las mantengan en las calles de sus feligresías. Con ello, además de acercar al Dios de los Sagrarios, se mantiene un retazo de la Sevilla inmaterial que tanto amamos.

24 mayo 2010

Gracias, torero


Apenas tengo tiempo para dejar unas líneas, pero es que además sobran las palabras.
Simplemente gracias, torero. Gracias por estos regalos inolvidables que nos haces. Gracias por acercarme a ese Rafael Divino del que tanto escuché hablar desde niño...
Hoy me siento aún más orgulloso de llevar esa sangre Ortega que hace 90 años, en la muerte de José, tiñó por siempre el río cuando viene por Gelves... Hoy me siento más orgulloso de que seas mi torero, un torero de época al que la historia de la Fiesta situará en lo más alto, muy cerquita de todos esos grandes de ayer que caben en tus trastos cada tarde.

18 mayo 2010

Violencia

Qué curioso, así celebran algunos los éxitos futbolísticos en la misma ciudad en que se debate la prohibición de las corridas de toros. No sé por qué me da que gran parte de estos energúmenos son los mismos que se escandalizan por la "violencia" de la Fiesta. Por si no hubiese suficientes motivos para tomarlos a pitorreo, ahí queda otro.

Pd: mi enhorabuena a todos los culés civilizados (excluyendo a Laporta entre otros). También a esos poquitos por estos lares que sentimos al Barcelona como nuestro segundo equipo.