14 abril 2008

Breve crónica de una Feria pésima


Quienes me conocen, bien personalmente o a través de la exposición de mis vivencias en este y otros foros de opinión, ya saben que lo mío no es la Feria. Así que sobreentiendan desde primera hora que al hablar de la misma lo hago de la taurina, aquella que sí intento vivir a tope en la medida de mis posibilidades, ya que ha sido la que desde mi primera presencia en la Maestranza con seis años para siete, en una nocturna veraniega, he mamado y disfrutado, a veces como auténtico privilegiado. Queden por ello aquí unas breves impresiones, a modo de crónica, del ciclo abrileño 2008, uno de los más tristes que se recuerdan; si bien tampoco debe sorprendernos mucho lo ocurrido...
Arrancó el serial con un Cid cumplidor y responsabilizado, cada día mejor torero; un Ponce tan insulso como casi siempre, excepción hecha de su faena de hace un par de años; y un Alejandro Talavante al que es más que evidente que le viene grande todo lo que va a encontrarse esta temporada. ¿Dónde está la cabeza y el conocimiento de los terrenos de este extraño torero?
A continuación la semana de preferia; con la espectacularidad de Ventura (que algo debe tener para que en 21 años de afición, por vez primera, fuese capaz de soportar una corrida entera de rejones) y tres corridas de toros de las denominadas toristas: Palha, Cuadri y Cebada, donde hubo pocos toros y aún menos toreros. Se echan en falta los viejos especialistas que siempre tuvieron estas tardes del miedo, caso del Fundi, que demostró su magistral oficio y pegó la estocada de la Feria a su segundo toro portugués, al cual cortó una oreja con sabor antiguo. Llegaron después extraños como Javier Conde o El Capea para dejar de manifiesto lo innecesario de su presencia en la Maestranza. También llegó Castella, con pinta de creerse en demasía lo que ya hace tiempo que no demuestra y entremedio de esto ..., llegó Victorino.
Y con él llegó la emoción, el toro que galopa, que transmite, que hace vibrar y tres toreros entregados y colmados de casta. Desde un Liria dispuesto a morir en el ruedo si hiciera falta, a un Cid en maestro (éste sí que puede recibir tal calificativo), pasando por un Ferrera importantísimo con ese quinto toro, pese a que la señora presidenta se encargara de devaluar su actuación dando una inapropiada vuelta al ruedo a su oponente. Lo peor de todo es que, al morir el sexto del de Galapagar, todos estábamos convencidos de que no volveríamos a ver un espectáculo conjunto, siquiera semejante, hasta el año que viene.
Tras esto, ya lo saben, la Feria quedo rota: por el agua y por los tres platos de jamón de Juan Pedro (¡qué grandes declaraciones señor empresario!). Tan rota que, por una u otra de las causas señaladas, no pudimos volver a ver más carteles de toros en forma de muletazos de Morante de la Puebla; no pudimos volver a ver al Juli tras su seria actuación en la del Ventorrillo; ni a Perera en circunstancias óptimas, tras sus dos orejas esa misma tarde. Pero sobre todo, tras dos triunfos rotundos, nos quedamos con ganas de ver abrir la Puerta del Príncipe (¿alguien duda que de darse las mínimas condiciones favorables lo hubiera hecho?) a un torero con toda la pinta de mandar en esto muchos años: José María Manzanares. Ojalá que en septiembre...
Tuvimos tiempo hasta de dar un espectaculito a nivel nacional, con la policía en el centro del ruedo desalojando a tres toreros tomados por el pito de un sereno. Ovacionamos e incluso pedimos la oreja para un cabestrero incapaz de dominar a sus bestias, pero que, eso sí, sabe meter en los chiqueros a los toros con su chaquetilla (a los toros-jamón, porque a los de Miura..., eso ya es otra historia). Un ambiente de plaza de tercera más que propicio para culminar recibiendo el sábado de farolillos a los integrantes de "el bombero torero", que harán gira este año por gran parte de las ferias sureñas y observar cómo se les escapaba (no podía ser de otra forma) una interesante corrida de Torrestrella. Para colmo se cayó hasta la miurada del Domingo, la cual duró tres horas....
En fin, la que viene será.